23 nov 2017

Mensaje mensual Monte Faro de Luz Nov 2017 - España







4 de Noviembre de 2.017
Monte Faro de Luz 

Valencia de Alcántara 
Cáceres | España


MENSAJE de la 
SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz  de mi Luz en vuestras almas.

Meditad a mi hijo MATEO, hijos míos, pero hacedlo, escuchad a Mateo, ahí está la esencia de mi Hijo para vuestros corazones.

Quiero comunicaros, hijos míos, una cosa, para vosotros y para el mundo, terrible, “los mafiosos, los ateos, muchos cristianos quieren quitar los Ministerios de mi Hijo en la Iglesia.
Mi Hijo es Divinidad, mi Hijo es Dios y para estos hijos míos mi Hijo es como si fuese un hombre que vino al mundo a predicar una doctrina, que era bueno, pero hoy no reconocen su Divinidad; los Masones están metidos también aquí, quieren transfigurar la Iglesia de mi Hijo, están luchando y luchando, las sectas, ¡que son mis hijos! Que son todos hijos del Creador, mi Creador, vuestro Creador y quieren eliminar a mi Hijo del Cuerpo y la Sangre que derramó y derrama todos los días para que vosotros, mis hijos del mundo tengáis vida eterna.

Yo os pido aquí, Faro de Luz, en esta casa, mi Casa, vuestra Casa, y lo hago saber para el mundo entero, mis hijos, que hagáis penitencia, llenéis las Iglesias, confesar y decir siempre: Jesús te amo, Jesús te amo, Jesús te amo, Jesús Tú eres mi Dios, el Hijo de Dios predilecto.

Pequeños míos, el mundo se desborda, el mundo no quiere a su Dios, por eso vengo llorando en todos los lugares del mundo para que mis hijos tengan compasión y vayan al redil de mi Hijo.

Hijos míos, vosotros sois elegidos, los que estáis aquí y los que están en otra parte del mundo donde Yo me aparezco. Servid a mi Hijo, vivid con mi Hijo, amad a mi Hijo, que es la Divinidad, que es Dios verdadero, y vosotros rezad por aquellos que están haciendo y van a hacer estas cosas que os he dicho; están en comunicación con el Vaticano, hijos míos; pedid por el Papa para que corte con estas blasfemias; pero más pena me dan muchos hijos míos, que son cristianos, que vayan al complot de la masonería, los no creyentes.

¡Ay hijos míos, cómo no va a llorar mi Corazón! Tened en cuenta esto que os digo, rezad mucho y si podéis haced acto de reparación al Corazón de mi Hijo por aquellos que hacen sacrilegios y sacrilegios, y también por estos hijos míos que se llaman cristianos y quieren a mi Hijo. El mundo, hijos míos, está desbordado por la maldad, quieren guerras, odios, mentiras, lujurias, pecados y pecados que comete el hombre y dicen que es bueno ¿Cómo va a ser bueno el aborto, hijos míos? Ahí está el crimen, ahí están matando, ahí no quieren a su Dios. 


Aquellas guerras que hacen para matar a los más débiles, allí no está Dios, allí está el Dragón infernal; por eso tenéis que tener en cuenta, pequeños míos, el Demonio entra por los sentidos, y vosotros cuando tengáis tentaciones, id corriendo allí donde está un hijo mío para que os perdone vuestros pecados.

 No le hagáis juego al Demonio, hijos míos, es muy astuto, por eso está el mundo así y el hombre no quiere creer porque dicen que todas estas cosas siempre lo ha habido; no, hijos míos, siempre ha habido estas cosas, pero no tan seguidas. Acordaos, y os digo una vez más, el segundo éxodo está en la tierra, mis hijos salen de sus pueblos y no saben llegar y tener una casa donde estar, peregrinando por el mundo, hambre, desolación, enfermedades; mientras, tantos y tantos hombres y mujeres están con una vida cómoda viviendo, como decís vosotros en la tierra, como reyes; acordaos también de esos vuestros hermanos que necesitan de vosotros, sino de dinero, de obras buenas, de cariño, de amor.

Fortaleceos con el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo para que viváis la vida que mi Hijo ha dejado al mundo y está dejando ahora: amor con amor se paga, si dais amor mi Hijo os dará el ciento por uno.

Sed pequeños, como al principio os lo he dicho; mirad la pequeñez, no seáis egoístas, no seáis de los primeros puestos; vanaglorias fuera, hijos míos; el yo quedarlo debajo de los pies; sufrid el amor, llevad vuestras cruces, pero con mucho amor, porque mi Hijo no os va a dejar desvalidos sino que esas cruces serán pequeñas, porque el único que llevó la Cruz del mundo fue mi Hijo por todos los pecados y para que vosotros tuvierais vida y tengáis las Moradas Celestiales que mi Dios, vuestro Dios Creador, preparó antes de todos y de nada.

Amad mucho a vuestro Dios, a mi Dios Creador; pedidle mucho para que no caigan estas cosas que el mundo no entiende y no quieren entender.

Hijos míos, Dios mi Dios, vuestro Dios, es Juez y Misericordia, pero están los ángeles preparados ya para tocar las trompetas y venir ángeles, legiones de ángeles; si el hombre no se arrodilla y pide perdón, el hombre será aniquilado; pero no tengáis miedo vosotros que amáis a mi Dios, vuestro Dios, a mi Hijo, al Espíritu Santo mi Esposo y a mi Corazón Inmaculado porque tendremos un lugar para todos aquellos que estén limpios de corazón.

Seguid viniendo a mi Casa, vuestra Casa Faro de Luz; meditad los mensajes que os doy, son catequesis para vuestros corazones; hablad de Faro de Luz, Yo estoy aquí y en todos vuestros corazones, si me llamáis Yo os curo; sí, hijos míos, Yo curo con mi Hijo, Yo le pido a mi Hijo por vosotros y mi Hijo le pide a su Padre por todas las necesidades del mundo.

Sed buenos, sed compasivos, sed caritativos; sed, hijos míos, de verdad santos, buscad, hijos míos, la mística; el conocimiento de Dios contigo y tú con Dios, porque si conocéis de verdad a vuestro Dios, mi Dios, ya todo será distinto, ya no veréis el mundo como le veis, veréis el Cielo en vuestras almas; quitaos la careta, hijos míos; id despacio pero seguro a la Fuente de mi Hijo de Amor para que tengáis vida y sepáis llevar el Evangelio de mi Hijo al mundo; eso es lo que os pido, hijos míos; sed sencillos, cariñosos, amante de verdad, misericordiosos unos con los otros; este es mi mensaje de hoy, “que os quiero mucho y os llevo en mi Corazón, id en paz, hijos míos, y sabed que vuestra Madre, María, Faro de Luz, si me llamáis, estaré siempre con vosotros”.

Ahora, hijos míos, como siempre, mi Dios Padre Creador os da la bendición, mi Hijo de Amor, el Espíritu Santo, mi Esposo Santificador, y Yo vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz; os quiero, hijos míos, os amo.

Adiós pequeños, adiós hijos míos 

Ahora nuestra Madre se dirige al vidente:
Mi pequeño gusano, hay mensajes que se están revelando al mundo a mis hijos, pronto verán acontecimientos, pronto el mundo sino reza vendrán olas de calor, olas de frio y no se conocerán unos a los otros, porque el hombre de la luz se verá apartado de las tinieblas, y los hombres de las tinieblas, aquellos que no quieren a su Dios, hijo mío, serán apartados para el
Infierno.

Tú, pequeño mío, hazte bueno, sencillo y humilde; te quiero en pobreza, te quiero nada, sigue a mi Hijo, con tus dolores, tus penas y tus alegrías; pequeño, ya te dije un día que tienes que ser bueno de verdad, si no se te quitará todo el poder que te ha dado el Cielo para estos menesteres. se nada, se humilde, se mi hijo pequeño; reza, sacrifícate, haz penitencia; aunque el mundo dicen que las penitencias ya no valen para nada, las penitencias, hijo mío, pequeño mío, es una alegría para el Corazón de mi Hijo y mi Corazón; busca la Cruz de mi Hijo, pequeño, porque en la Cruz está la Salvación, tu salvación. 

El vidente se dirige nuestra Madre:
Gracias Madre, que guapa vienes hoy, vienes muy hermosa, que melena más bonita, que manto tan azul, cuantos Ángeles están a tu lado y cuantos Santos están; yo te pido Madre por todos aquí presentes, por sus familiares, sus hijos, por sus padres y te pido Madre, que me dicen que te pida por esas enfermedades, por esos dolores, yo lo pongo en tus manos, que se haga la voluntad de mi Dios y Señor.
Madre escucha sus corazones porque ellos vienen aquí a Faro de Luz a comunicar tantas cosas, a pedirte tantas cosas y también ellos vienen para convertirse día a día al Corazón de tu Hijo, mi Dios y Señor.
Gracias Madre por estar aquí con todos nosotros, gracias Madre, guapa, guapa...

Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.

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