Fragmento
Estoy al lado de los enfermos, de los afligidos, de los abandonados, de los olvidados y dejados para atrás por esta humanidad egoísta, mala, donde la caridad y el amor desapareció por completo.
Estoy al lado de Mis hijas que sufren con los malos casamientos, con sus hijos en las drogas, en los vicios, en la violencia, en la prostitución.
Conozco el dolor de cada uno de Mis hijos.
Conozco el dolor de los padres que sufren al ver a sus hijos yéndose por el camino de las drogas, de los vicios que no tienen vuelta, salvo por un milagro estruendoso de la Gracia de Dios.
Veo su gran sufrir y estoy al lado de cada uno de Mis hijos. Para todos Soy Madre cariñosa, que a todos conforta, consuela, ama y ayuda, como hice con Mi hijita Gianetta.
Nadie desanime, nadie se desespere, porque al lado de cada uno está la Madre del Cielo, que a todos cuida, por todos reza y a todos cubre con Su Manto de Luz.
Recen el Rosario, porque a través del Rosario, Yo puedo actuar en la vida de ustedes y puedo realizar milagros en la existencia de ustedes.
Solamente por medio del Rosario se pueden hacer milagros hoy en día Mis hijos, en este mundo que terminó de alejarse completamente de Dios, de levantarse inclusive contra Dios, para luchar contra Él e instaurar sobre la faz de la tierra el reino de Satanás: de vicios, de violencia, de anarquía, de desorden, de guerra, de apostasía y muerte.
Solamente por el Rosario podemos hacer un milagro en el mundo. Por eso, récenlo, para que verdaderamente Yo pueda actuar en la vida de ustedes y verdaderamente pueda cambiar a todos los corazones alrededor de ustedes.
No pierdan tiempo lamentándose ni discutiendo, recen Mi Rosario, pues, solamente así ustedes podrán alcanzar el milagro del cambio de los sentimientos de los corazones. Y entonces, las personas espontáneamente darán su ‘Sí’, su voluntad y su libertad al Señor y a Mí. Y entonces, los corazones de ellas se tornarán Nuestros, Míos para siempre y finalmente podré reinar en esos corazones, liberándolos de todo mal.
Recen, recen, recen. Confíen en Mi Amor Maternal como Gianetta confió. Obedezcan Mi Voluntad, hagan aquello que Yo les digo Mis hijos y después ustedes verán Mis Gracias en sus vidas. Y así como Yo recompensé a Gianetta, que dejó todo para obedecerme, para servirme, llevando Mi Mensaje a todos los lugares, así como Yo la recompensé tocando el corazón del marido de ella, tratándola mejor y con más respeto después de la Aparición, así también Yo recompensaré la obediencia de ustedes a Mis Mensajes, convirtiendo y cambiando los corazones de aquellas personas por las cuales ustedes Me piden.
Hagan los cenáculos y los grupos de oración que Yo pedí por todas partes. Obedezcan Mi Voluntad y por fin Yo tocaré a los corazones duros por los cuales ustedes rezan y los cambiaré, no en el tiempo y en el modo de ustedes, pero en el tiempo del Señor.
Recen, hagan el ayuno en los viernes que es tan poderoso para trabar castigos que el mundo merece por sus pecados y para alcanzar misericordia, no sólo para el mundo, pero para ustedes mismos y para los familiares de ustedes que tanto pecan y merecen el infierno por sus pecados.
Consagren la tarde del sábado a Mi Corazón Inmaculado como pedí en Caravaggio y Yo prometo que lanzaré Mi bendición sobre todos ustedes, y sobre toda la tierra haré caer una lluvia abundante de gracias de Mi Inmaculado Corazón.
Recen el Rosario Mis hijos, porque, cuando ustedes rezan el Rosario, los Ángeles y los Santos se mueven en el Cielo, la propia Trinidad Santa refulge con mayor brillo, con mayor fulgor, con mayor gloria y derrama sobre ustedes y sobre toda la tierra, una grandiosa lluvia de gracias.
Cuando ustedes rezan el Rosario, una luz tan fuerte ilumina el mundo entero, que los demonios no consiguen ni incluso ver a las personas para poder tentarlas. Por eso, recen el Rosario sin cesar.
Cuando ustedes rezan el Rosario, todo el infierno queda paralizado de miedo y el Cielo derrama sobre toda la tierra gracias sin fin, y las almas son convertidas y tocadas por la gracia en gran número.
Conviértanse sin demora, porque el Aviso está muy próximo Mis hijos y cuando venga el Aviso, muchos, muchos se sentirán ardiendo en un fuego diferente y desconocido de la tierra, el fuego de la Justicia de Dios de la cual nadie podrá escapar.
Muchos sentirán inclusive sus cuerpos arder, no apenas en el alma y esa gran sensación les causará un miedo tan terrible, que muchos no resistirán.
Conviértanse Mis hijos, conviértanse. Anuncien por todas partes Mi Mensaje: Más oración, más penitencia.
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