30 jun 2018

28 jun 2018 - EE.UU: Dios Padre: Cuando el hombre deja de depender de Mi, Yo retrocedo y lo observo caer...

28 de Junio del 2018
Mensaje Público
 
 
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre.  Dice: “Yo soy su Señor del universo. Soy Yo quien creó cada estrella, cada planeta.  El clima de cada día no está controlado por la estación o los frentes meteorológicos. Todo eso es parte de Mi Divina Voluntad. En otros tiempos, la gente creía que podía controlar el clima con rituales o ciertas danzas.  En la actualidad, la gente es más consciente de Mi poder para controlar los cielos.  Después de todo, Yo soy el Principio y el Fin.”
Cuando el hombre depende demasiado de sus propias capacidades y no de Mí, Yo retrocedo y lo observo caer.  Por esta actitud inician las guerras en los corazones.  Es un error que los líderes no dependan de Mi Provisión.  Todo lo concerniente a ustedes –su total bienestar–está en Mis Manos. Yo soy el Señor de cada momento presente.  Por lo tanto, busquen complacerme a Mí.  Obedezcan Mis mandamientos.  Eso es un signo de su amor y respeto por Mí.  Yo nunca los traicionaré.  Yo soy su fortaleza y su provisión en los buenos tiempos y en los malos.  Yo soy la Verdad.
 
 
Lean Salmo 33:4-22
Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad;  él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. La palabra del Señor hizo el cielo, y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales;  él encierra en un cántaro las aguas del mar y pone en un depósito las olas del océano.  Que toda la tierra tema al Señor, tiemblen ante él los habitantes del mundo;  porque él lo dijo, y el mundo existió, él dio una orden, y todo subsiste.  El Señor frustra el designio de las naciones y deshace los planes de los pueblos, pero el designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones.  ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,  el pueblo que él se eligió como herencia!  El Señor observa desde el cielo y contempla a todos los hombres; él mira desde su trono a todos los habitantes de la tierra;  modela el corazón de cada uno y conoce a fondo todas sus acciones.  El rey no vence por su mucha fuerza ni se libra el guerrero por su gran vigor;  de nada sirven los caballos para la victoria:  a pesar de su fuerza no pueden salvar.  Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.  Nuestra alma espera en el Señor:  él es nuestra ayuda y nuestro escudo.  Nuestro corazón se regocija en él:  nosotros confiamos en su santo Nombre.  Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

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