Alabado y bendecido sea Dios Eterno, por toda la
eternidad y por toda la Creación. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, Yo Jesús, vuestro Hermano y vuestro Redentor,
deseo que alabéis a Mi Padre Eterno y a Mi Santa Madre constantemente,
porque lo que hagáis por Ellos Me agrada sobremanera y Me
produce más gozo que si lo hicierais Conmigo. Por tanto hijos, alabad a quien
os creó y a quien os trajo al mundo Mi presencia, porque por Mi Santa Madre
vine del Cielo a esta Tierra para poder redimiros, siendo un hombre igual en
todo a vosotros menos en el pecado (Heb. 4, 15). Yo, Jesús, os hablo.
No os conforméis solo con pedirme cosas aunque sean
santas, Yo deseo que también Nosotros recibamos de vosotros obsequios que nos
den consuelo y gloria. Hacednos reparación en especial por las blasfemias, hacednos
alabanzas, hacednos actos de piedad y de amor, hacednos oraciones, novenas y
demás actos piadosos que tanto Nos honran y que tanto Nos valen. Pero hijos,
hacedlos en estado de gracia, no vengáis a Nosotros manchados por el pecado,
que aunque no os vamos a depreciar ni dejar de escucharos, nos da más gloria cuando rezáis o hacéis esos
actos de piedad en estado de gracia y beneficia mucho más a vuestras almas. Yo,
Jesús, os hablo.
Rezad hijos, rezad por vuestra Patria, por vuestros hermanos
separados, por los sacerdotes que están a punto de abandonar su sagrado
ministerio, por las almas que enganchadas al demonio no pueden librarse de él. Rezad
hijos rezad, que la oración no se pierde y es un arma muy poderosa. Da lo mismo
lo que recéis, si el Santo Rosario, si oración personal, si oraciones ya
aprobadas por la Iglesia o simplemente
el Padrenuestro que enseñado por Mí tiene tanta fuerza y, en tan poco texto
recoge las cosas más necesarias y básicas para la fe. Pedidme que os aumente la
fe, para que no decaigáis en los
momentos de pruebas, que vendrán y algunos ya las estáis padeciendo. Pedidme
por vuestros familiares, que si a vosotros os interesa y os duele su situación,
mucho más Me interesa y Me duele a Mí. Yo os oigo aunque no tengáis repuesta
inmediata, pero todo llegará, porque veo vuestras rectas intenciones y el deseo
que tenéis que ellos se salven, deseo que Mi Santo Espíritu os induce. Yo, Jesús,
os hablo.
Perseverad en la oración, en los Sacramentos, en los
buenos y santos deseos que a veces se hacen realidades, en las buenas obras, y
sobre todo, no odiéis a nadie, ni a nadie le deseéis mal alguno, porque eso es justo
lo que quiere el demonio, que os alegréis del mal ajeno o del mal de alguien
que un día os dañó y ahora lo padece, más bien, redoblad por ellos las oraciones
y hacedlo con recta intención que Yo todo lo veo y no lo desprecio. Yo, Jesús,
os hablo y os instruyo.
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