24 de Noviembre del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Si viven en la verdad, no serán capaces
de tener resentimientos. La verdad de la obediencia a Mis mandamientos
prohíbe que tengan en sus corazones cualquier enojo hacia los
demás. Ese es un espíritu de enfado que contraviene al Amor Santo. Con
toda verdad les digo, en el Purgatorio hay muchas almas que en sus
pruebas terrenales no perdonaron. Mis mandamientos prohíben todo
aquello que transgrede las leyes del amor; amarme a Mí sobre todas las
cosas y al prójimo como a sí mismos. Examinen sus corazones y
cerciórense de que no hay falta de perdón en él.”
“Recuerden, su existencia terrenal es un campo de prueba para tener derecho a estar Conmigo en el Cielo.”
Lean 1ª Juan 3:18-24
Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con
obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y
estaremos tranquilos delante de Dios, aunque nuestra conciencia nos
reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce
todas las cosas. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún
reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos
concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y
hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el
nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él
nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios
permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el
Espíritu que nos ha dado.
24 de Noviembre del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, hay una gran diferencia entre la
ambición y la ambición egoísta. Un alma puede tener la ambición de
ayudar a los demás, de rezar por los demás, de ayudarlos en cualquier
necesidad. Esto es algo loable. Sin embargo, la ambición egoísta es
tener que promover las necesidades propias del alma, ya sean vanidad,
riqueza, popularidad o importancia en el mundo. Un alma así tiene
ambición por agradarse a sí misma, no a los demás, y menos aún a Mí.”
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