26 de Noviembre del 2020
Día de Acción de Gracias
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, hoy estoy muy agradecido por
todos los que me aman y aprecian Mis mandamientos. Estoy agradecido por
los ciudadanos conservadores de este País; aquellos que quieren
agradarme de pensamiento, palabra y obra. Estoy agradecido por los que
no abrazan la ambición egoísta, la cual los aleja de la verdad.”
“Muchas de las dificultades de este País y del mundo se deben al
mal uso de los dones que Yo les he dado. Las elecciones en su País
fueron un excelente ejemplo. La tecnología, misma que Yo inspiré, la
usaron de forma tergiversada para elegir a una persona que la mayoría no
eligió. Lo mismo sucede con los medios de comunicación que utilizan su
influencia para engañar a millones y para ignorar la verdad. La
influencia que ellos tienen es un regalo de Mi parte, mismo que no han
usado bien.”
“Debo decirles que Yo permito que el mundo continúe por el bien de
las personas honestas y sencillas que no pueden ni siquiera imaginar la
pecaminosidad que Yo veo en el mundo. Estoy muy agradecido por estas
pequeñas y sencillas almas que rezan con mucha fe y amor en sus
corazones. Estos son los conservadores que abrazan la verdad y que no
se dejan engañar por el mal que hay a su alrededor. Ellos permiten que
Yo sea su fuerza y su porción. Ellos confían en Mí. Yo siempre estoy
del lado de la verdad. Por lo tanto, conforme la verdad intenta
descifrar los resultados de las elecciones, Yo estoy ahí con aquellos
que buscan la verdad. Den gracias por eso.”
Lean 2ª Tesalonicenses 2:13-17
Nosotros, por nuestra parte, siempre debemos dar gracias a
Dios, a causa de ustedes, hermanos amados por el Señor. En efecto, Dios
los eligió desde el principio para que alcanzaran la salvación mediante
la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad. Él los
llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de
nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y
conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea
oralmente o por carta. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro
Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una
feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda
palabra buena.
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