¡SALVE OH REY DIVINO, ADORADO SEAS!
Como defensor del género humano contra el mal, insisto en la urgencia del hombre al llamado de conversión urgente antes de que el tiempo que no es tiempo transcurra y la oportunidad sea reducida.
El inicuo perseguidor de las almas desea aumentar su botín y el hombre que sumido en lo banal no reconozca al maligno, será esclavo de este enemigo del hombre.
La Tierra se hundirá en varias partes del Planeta causando gran asombro, el hombre descubrirá vida en las entrañas de la Tierra, y ésta los ha acunado como ha acunado al hombre. La humanidad se asombrará y estas criaturas con inteligencia, se aterrorizarán de en lo que el hombre se ha convertido.
La Tierra se estremece, cuando de lo alto una luz que es más que luz, surque el espacio y se acerque a gran velocidad a la Tierra; el hombre reconocerá su nada y la oscuridad de su voluntad será más que oscuridad.
La conquista ha sido el deseo del hombre, como en este instante en que la guerra avanza sin ser percibida por el mismo hombre: El poder por la fuerza del poder. Cuanto sucede en la Tierra por el dominio de las naciones, es la acción del hombre del cual brota el instinto de conquista sin piedad.
La intervención directa de la jerarquía de la Iglesia de nuestro Rey, sería de gran aliento para el género humano, en instantes de persecución de los cristianos y de vivir el arbor de una guerra sin precedentes.
MIS LEGIONES AL SERVICIO DE NUESTRO REY Y NUESTRA MADRE RESCATAN LAS ALMAS DE MÁRTIRES ANTE LA MIRADA DESPIADADA E INDIFERENTE DE LA HUMANIDAD.
¡Cuánto adelanto tecnológico y cuánta indiferencia ante la muerte de tanta inocencia, ardid de los secuaces del anticristo para dominar al hombre!
El bien y el mal presentes en el hombre, luchan por conquistar a la humanidad; en ello va implícito el poder de las grandes potencias.
¿QUIÉN COMO DIOS? Hijos del Altísimo, no descansen, no duerman, alerten sin descanso a sus hermanos, mantengan la fidelidad como hermanos hijos del mismo Rey. Sean unos protectores de los otros, unidos vencerán.
SEAN FRATERNOS, ESTE DESEO DE UNIÓN DEL HOMBRE, NOS CAUTIVA,
NOS ATRAE HACIA USTEDES PARA DEFENDERLES Y AMPARARLES.
Ustedes nos mantienen en el olvido, en la indiferencia, siendo nosotros los que tenemos la misión de proteger y defender del mal al hombre, si éste nos lo solicita; de lo contrario no podemos intervenir.
LLÁMENNOS CONTINUAMENTE Y ESTAREMOS PRONTOS AL SERVICIO DE USTEDES.
Cuanto existe es para y por el hombre. En su lugar, el hombre mantiene una actitud de desprecio ante la Creación, que teme la acción del hombre y reacciona en contra del hombre.
Acudan a nosotros, somos defensores de las almas y nos mantenemos prontos a socorrerles. Nuestra victoria son las almas.
Sea el Rey de Cielos y Tierra el amparo de las almas. Y nuestra Reina, María Santísima, abogada y defensora de Sus hijos.
Amén.
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