Queridos amigos de la Verdadera Vida en Dios:
El
22 de septiembre de este año, recibí un mensaje de Cristo nuestro Señor
para el grupo de oración de Rodas. Al cabo de un tiempo, pensé que
debería enviároslo también a todos vosotros, porque quizás le haría
igualmente bien a otros grupos de oración de la VVED. En cierto modo
podéis ver que quizás nos concierne a cada uno de nosotros.
He
numerado las frases por una razón: para explicar lo que yo he entendido
de este mensaje, después de meditarlo durante cierto tiempo, y
aclarárselo a la gente de los grupos de oración.
Este
mensaje va unido a otro que comenzó el 5 de septiembre, pero que se
completó el 22 de septiembre. Antes de terminar el mensaje, Jesús añadió
lo que viene a continuación:
ahora di a tu grupo de oración de Rodas lo siguiente:
1.
durante los primeros días de Mis Mensajes, valorabais todos Mis
Intereses, sobreponiéndoos alegremente a persecuciones y pruebas; os he
sacado a todos del poder de las tinieblas y he perdonado vuestros
pecados;
2. ahora os recuerdo a todos que avivéis la llama de vuestro amor por Mí;
3. ¡leed Mis Mensajes, aprended a amarme más!
4. haced el bien y arraigaos en Mi Conocimiento;
5. tomad refugio en Mí, y Yo seré vuestro Cántico;
6.
puedo leer el corazón de cada uno y conozco perfectamente bien vuestras
necesidades; así pues, venid a Mí, vuestro Salvador;
7. ¡sed Mi Iglesia Viviente!
8. haced las delicias Mi Corazón, reuníos y recibid Mi Ternura;
9. borrad en vosotros todo lo que no soy Yo;
10. y trabajad duro por vuestra salvación y la salvación de los demás;
11. recibid Mi Santo Beso en vuestras frentes, ¡el Amor os ama a todos! Ic
1.
Cuando fuisteis tocados por la gracia, de manera poderosa, a través de
Sus Mensajes, y os convertisteis, os tomasteis muy en serio todo lo que
Cristo os pedía que hicierais, con fuerza, alegría e intrepidez,
porque habíais descubierto “la perla” y su valor. Cristo os recuerda
cómo perdonó instantáneamente vuestro pecados, una vez que os hicisteis
Suyos y Le pedisteis que os perdonara.
2.
Cristo os recuerda, una vez más, que seáis de nuevo como fuisteis al
principio, enardecidos, vivos, entusiastas, porque, según Él, parece que
nuestra llama ha disminuido un tanto, y si seguimos así, un día puede
extinguirse y morír. Así que esto es un aviso.
3.
Para guardar Su Palabra (el Mensaje) indemne, activa, como llama
ardiente, y crecer en Su amor y convertirnos en apóstoles poderosos,
necesitamos, humildad, morir a nosotros mismos, abajarnos para que Él
nos levante; Cristo nos recomienda leer otra vez Sus Mensajes, aunque ya
lo hayamos hecho en el pasado; nos recomienda que lo hagamos desde el
principio y no sólo abrirlos al azar de vez en cuando, como algunos
admiten que lo hacen.
4.
Entonces tendremos la posibilidad de hacer el bien y crecer en Él,
arraigándonos en Su Conocimiento. Los mensajes de la Verdadera Vida en Dios están llenos
de Sabiduría y, leyéndolos, aprenderemos a amar a Dios como Él quiere
que Lo amemos; conoceremos Su Voluntad.
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5.
En las dificultades, Cristo nos recuerda que nos refugiemos en Su
Corazón. En Su Corazón seremos consolados, encontraremos la paz y nos
fortalecerá cuando se crucen en nuestro camino las dificultades. No
perderemos Su Paz, porque estaremos morando en Su Corazón.
6.
Cristo nos asegura de que Él lo controla todo y que conoce más que
vosotros mismos lo que contiene vuestro corazón y cuáles son vuestras
necesidades; por lo tanto, nos recuerda que confiemos en Él y que
acudamos a Él sin vacilar.
7. “¡Sed MI Iglesia Viviente!” Cuando
Cristo dijo esto, lo dijo con muchísimo poder. La Verdadera Vida en Dios es exactamente
eso: estar vivos en el Espíritu y ser lo que Él enseñó entonces a Sus
discípulos: ser una Iglesia Viviente, a través de vuestros actos, a
través de vuestras palabras y a través de todo lo que nos ha estado
enseñando en los Mensajes. El Corazón de Cristo no dejará de conmoverse,
porque haciendo lo que Él recomienda, haréis que Se llene de gozo en
vosotros.
8.
Cuando Él dijo la palabra “reuníos”, mi pensamiento voló a cuando sus
discípulos estaban siempre reunidos, compartiendo las alegrías y las
penas, comiendo juntos, dando testimonio juntos, ayudándose unos a
otros, siendo como una sola familia, unida en el amor y la armonía.
Deberíamos estar desbordando paz y amor con tanta fuerza que los
demás, a nuestro alrededor, sintieran esa energía proviniendo de
nosotros y entendieran que somos verdaderos discípulos de Cristo,
formados por Él. En la Biblia está escrito:
En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os amáis unos a otros. (Jn 13,35)
El
amor no debe faltar nunca entre nosotros, ¡jamás! Lacerarse mutuamente
es una total malinterpretación de los mensajes de la Verdadera Vida en Dios y las peleas
entre unos y otros desacreditan los Mensajes y son reflejo de un fruto
podrido. Asímismo, reunirse justo una vez por semana para orar juntos
-y algunos se reúnen incluso menos de una hora para rezar y marcharse
enseguida- no parece ser lo que Cristo quiere que hagamos. Él quiere que
nos reunamos para orar con más frecuencia que dos veces al mes. Nos
recomienda una vez por semana, durante una hora, y luego reunirnos de
vez en cuando para comer o tomar café juntos, compartiendo nuestras
experiencias espirituales. Algunos de los grupos de oración se reúnen
como por deber una vez por semana: rezan, acaban de una vez y se van a
casa. Esto no está bien. Por tanto, creo que Él quiere que trabajemos
más juntos por Su Mensaje, porque estamos llamados a ser colaboradores
de Su Obra y también quiere que colaboremos unos con otros.
9.
Para ser capaces de hacer lo que Él nos recomienda, tenemos que morir a
nuestro propio “yo”, a nuestro propio “ego”, y ofrecerle nuestro
tiempo. Necesitamos ser humildes y no mangonear a los demás. En otras
palabras, debemos ser un reflejo de Su Imagen.
10.
Cristo nos advierte que aún tenemos que trabajar duro para alcanzar la
perfección, dándome la imagen de una escalera que tenemos que subir para
llegar al cielo. Parece ser que somos perezosos para subir y nos
quedamos en un escalón cualquiera, no demasiado arriba. Tenemos que
centrarnos más en Cristo y esto se conseguirá releyendo Su Mensaje,
porque verdaderamente nos vivifica. Cuando Cristo añade: “y la salvación
de los demás”, con estas palabras entiendo lo siguiente: Cristo nos
recuerda cómo vino a nosotros, al principio, y nos arrancó del poder de
las tinieblas. Nos llevó a descubrir el magnífico banquete espiritual
que Él ha preparado para nuestras almas famélicas: los Mensajes de la
Verdadera Vida en Dios. Nos precipitamos sobre el alimento, hambrientos como estábamos,
famélicos, y lo disfrutamos con deleite. Pero luego, una vez saciados,
¿nos derrumbamos en un sillón, nos instalamos y nos quedamos dormidos?
¡O nos comportamos como la Samaritana, después de conocer a Cristo,
corriendo al pueblo, con los brazos en alto, gritando a derecha e
izquierda, al pasar por las tiendas y al tropezarse con la gente, que
acaba de conocer a un gran Profeta, el más grande de todos! Dio
testimonio a voces, poniendo en pie a todo un pueblo al oírla, porque
estaba llena del gozo del Espíritu. ¿Somos igual que ella?
11. Una vez más, hemos sido marcados en la frente con el Santo Beso de Jesús.
Así que, ¿qué más necesitamos? Levantaos, despertad y escuchad la Voz de Cristo.
En Cristo,
Vassula
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