18 oct 2016

Mensaje de Vassula y Cristo para sacudirnos del letargo...

Queridos amigos de la Verdadera Vida en Dios:

 El 22 de septiembre de este año, recibí un mensaje de Cristo nuestro Señor para el grupo de oración de Rodas.  Al cabo de un tiempo, pensé que debería enviároslo también a todos vosotros, porque quizás le haría igualmente  bien a otros grupos de oración de la VVED. En cierto modo podéis ver que quizás nos concierne a cada uno de nosotros.

He numerado las frases por una razón: para explicar lo que yo he entendido de este mensaje, después de meditarlo durante cierto tiempo, y aclarárselo a la gente de los grupos de oración.

Este mensaje va unido a otro que comenzó el 5 de septiembre, pero que se completó el 22 de septiembre. Antes de terminar el mensaje, Jesús añadió lo que viene a continuación:

ahora di a tu grupo de oración de Rodas lo siguiente:

1. durante los primeros días de Mis Mensajes, valorabais todos Mis Intereses, sobreponiéndoos alegremente a persecuciones y pruebas; os he sacado a todos del poder de las tinieblas y he perdonado vuestros pecados;

2. ahora os recuerdo a todos que avivéis la llama de vuestro amor por Mí;

3. ¡leed Mis Mensajes, aprended a amarme más!

4. haced el bien y arraigaos en Mi Conocimiento;

5. tomad refugio en Mí, y Yo seré vuestro Cántico;

6. puedo leer el corazón de cada uno y conozco perfectamente bien vuestras necesidades; así pues, venid a Mí, vuestro Salvador;

7. ¡sed Mi Iglesia Viviente!

8. haced las delicias Mi Corazón, reuníos y recibid Mi Ternura;

9. borrad en vosotros todo lo que no soy Yo;

10. y trabajad duro por vuestra salvación y la salvación de los demás;

11. recibid Mi Santo Beso en vuestras frentes, ¡el Amor os ama a todos! Ic



 1. Cuando fuisteis tocados por la gracia,  de manera poderosa, a través de Sus Mensajes, y os convertisteis, os tomasteis muy en serio todo lo que Cristo os pedía que hicierais, con fuerza, alegría  e intrepidez, porque habíais descubierto “la perla” y su valor. Cristo os recuerda cómo perdonó instantáneamente vuestro pecados, una vez que os hicisteis Suyos y Le pedisteis que os perdonara.

 2. Cristo os recuerda, una vez más, que seáis de nuevo como fuisteis al principio, enardecidos, vivos, entusiastas, porque, según Él, parece que nuestra llama ha disminuido un tanto, y si seguimos así, un día puede extinguirse y morír. Así que esto es un aviso.

 3. Para guardar Su Palabra (el Mensaje)  indemne, activa, como llama ardiente, y crecer en Su amor y convertirnos en apóstoles poderosos, necesitamos, humildad, morir a nosotros mismos, abajarnos para que Él nos levante; Cristo nos recomienda leer otra vez Sus Mensajes, aunque ya lo hayamos hecho en el pasado; nos recomienda que lo hagamos desde el principio y no sólo abrirlos al azar de vez en cuando, como algunos admiten que lo hacen.

 4. Entonces tendremos la posibilidad de hacer el bien y crecer en Él, arraigándonos  en Su Conocimiento. Los mensajes de la Verdadera Vida en Dios están llenos de Sabiduría y, leyéndolos, aprenderemos a amar a Dios como Él quiere que Lo amemos; conoceremos Su Voluntad.

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 5. En las dificultades, Cristo nos recuerda que nos refugiemos en Su Corazón. En Su Corazón seremos consolados, encontraremos la paz y nos fortalecerá cuando se crucen en nuestro camino las dificultades. No perderemos Su Paz, porque estaremos morando en Su Corazón.

 6. Cristo nos asegura de que Él lo controla todo y que conoce más que vosotros mismos lo que contiene vuestro corazón y cuáles son vuestras necesidades; por lo tanto, nos recuerda que confiemos en Él y que acudamos a Él sin vacilar.

 7. ¡Sed MI Iglesia Viviente! Cuando Cristo dijo esto, lo dijo con muchísimo poder. La Verdadera Vida en Dios es exactamente eso: estar vivos en el Espíritu y ser lo que Él enseñó entonces a Sus discípulos: ser una Iglesia Viviente, a través de vuestros actos, a través de vuestras palabras y a través de todo lo que nos ha estado enseñando en los Mensajes. El Corazón de Cristo no dejará de conmoverse, porque haciendo lo que Él recomienda, haréis que Se llene de gozo en vosotros.

 8. Cuando Él dijo la palabra “reuníos”, mi pensamiento voló a cuando sus discípulos estaban siempre reunidos, compartiendo las alegrías y las penas, comiendo juntos, dando testimonio juntos, ayudándose unos a otros, siendo como una sola familia, unida en el amor y la armonía. Deberíamos estar desbordando paz y amor con tanta fuerza que los demás,  a nuestro alrededor, sintieran esa energía proviniendo de nosotros y entendieran que somos verdaderos discípulos de Cristo, formados por Él. En la Biblia está escrito: 
En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os amáis unos a otros. (Jn 13,35)


El amor no debe faltar nunca entre nosotros, ¡jamás! Lacerarse mutuamente es una total malinterpretación de los mensajes de la Verdadera Vida en Dios y las peleas entre unos y otros desacreditan los Mensajes y son reflejo de un fruto podrido.  Asímismo, reunirse justo una vez por semana para orar juntos -y algunos se reúnen incluso menos de una hora para rezar y marcharse enseguida- no parece ser lo que Cristo quiere que hagamos. Él quiere que nos reunamos para orar con más frecuencia que dos veces al mes. Nos recomienda una vez por semana, durante una hora, y luego reunirnos de vez en cuando para comer o tomar café juntos,  compartiendo nuestras experiencias espirituales. Algunos de los grupos de oración se reúnen como por deber una vez por semana: rezan, acaban de una vez y se van  a casa. Esto no está bien. Por tanto, creo que Él quiere que trabajemos más juntos por Su Mensaje, porque estamos llamados a ser colaboradores de Su Obra y también quiere que colaboremos unos con otros.

 9. Para ser capaces de hacer lo que Él nos recomienda, tenemos que morir a nuestro propio “yo”, a nuestro propio “ego”, y ofrecerle nuestro tiempo. Necesitamos ser humildes y no  mangonear a los demás. En otras palabras, debemos ser un reflejo de Su Imagen.

 10. Cristo nos advierte que aún tenemos que trabajar duro para alcanzar la perfección, dándome la imagen de una escalera que tenemos que subir para llegar al cielo. Parece ser que somos perezosos para subir y nos quedamos en un escalón cualquiera, no demasiado arriba. Tenemos que centrarnos más en Cristo y esto se conseguirá releyendo Su Mensaje, porque verdaderamente nos vivifica. Cuando Cristo añade: “y la salvación de  los demás”, con estas palabras entiendo lo siguiente: Cristo nos recuerda cómo vino a nosotros, al principio, y nos arrancó del poder de las tinieblas. Nos llevó a descubrir el magnífico banquete espiritual que Él ha preparado para nuestras almas famélicas: los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios. Nos precipitamos sobre el alimento, hambrientos como estábamos, famélicos, y lo disfrutamos con deleite. Pero luego, una vez saciados, ¿nos derrumbamos en un sillón, nos instalamos y nos quedamos dormidos? ¡O nos comportamos como la Samaritana, después de conocer a Cristo, corriendo al pueblo, con los brazos en alto, gritando a derecha e izquierda, al pasar por las tiendas y al tropezarse con la gente, que acaba de conocer a un gran Profeta, el más grande de todos! Dio testimonio a voces, poniendo en pie a todo un pueblo al oírla, porque estaba llena del gozo del Espíritu. ¿Somos igual que ella?

 11. Una vez más, hemos sido marcados en la frente con el Santo Beso de Jesús.

 Así que, ¿qué más necesitamos? Levantaos, despertad y escuchad la Voz de Cristo.

 En Cristo,

Vassula


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