11 oct 2017

Mensaje 8 oct 2017 - Jacarei

  MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy, nuevamente llamo a ustedes al verdadero amor.

Abran sus corazones al verdadero amor para que él entre en ustedes y transforme a ustedes verdaderamente en llamas abrasadas de amor por el Señor, por Mí y por el prójimo.

Para crecer en ese verdadero amor deben decir ‘No’ a ustedes mismos todos los días, recordándose siempre de aquello que dijo Mi hijo: ‘Quién no se niega a sí mismo y no toma su cruz y no me sigue, no es digno de Mí.’

Por eso, ustedes deben todos los días renunciar a la voluntad de ustedes y tomar la cruz, o sea, seguir atrás de Jesús, soportando con amor y paciencia los sufrimientos que Él permite a ustedes, y al mismo tiempo, procurando vivir muertos para las cosas mundanas y vivos sólo para las cosas celestes, para el amor de Dios.

Entonces, verdaderamente, los corazones de ustedes serán llenos del eterno amor y ese amor cada vez más incendiará sus corazones y por medio de ustedes todos los corazones del mundo serán incendiados.

Ahora que llegó la semana del jubileo de los 300 años del hallazgo de Mi imagen en Mi querido río Paraíba(1), invito a todos ustedes nuevamente a encontrarme, no más en el río, pero sí en sus corazones.

Por eso hijitos, recen, recen, recen hasta que ustedes Me encuentren de nuevo en sus corazones. Recen hasta que la oración se torne alegría para ustedes. Recen hasta que verdaderamente la oración se torne un encuentro verdadero de ustedes conmigo. Recen hasta que finalmente Yo pueda aparecer en sus corazones, o sea, que Yo pueda nuevamente entrar en sus corazones, reinar en sus corazones y finalmente conducir a todos ustedes para Dios y para la santidad.

Yo quiero ser de nuevo la aparecida, no más en las aguas del río, pero en sus corazones, por medio de la oración y de la vivencia de Mis Mensajes. Por eso, recen y mediten Mis Mensajes todos de nuevo, hasta que finalmente Yo pueda aparecer en sus corazones, o sea, pueda nuevamente encontrarme con ustedes en la profundidad de sus corazones, sumergidos en la oración y pueda hacer nuevos milagros en sus almas, en sus vidas y por medio de ustedes en las vidas de todos Mis hijos.

Así como Yo di a la niña ciega la gracia de la visión, quiero dar a ustedes en este jubileo la gracia de la visión, de la visión espiritual, de la visión del alma, que tornará a ustedes capaces de mirar la grandeza de Dios, la belleza de Dios, la santidad de Dios, el amor de Dios. De modo que ustedes desprecien las cosas mundanas y la voluntad de ustedes, y prefieran a Dios y la Santa Voluntad de Él.

Recen el Santo Rosario todos los días, para que Yo pueda dar a ustedes la gracia de esa visión que les permitirá conocer la belleza de Dios, encantarse por Dios, enamorarse por Dios y finalmente dar sus vidas a Dios.

Entonces, Mi Corazón triunfará y el Brasil y el mundo conocerán un nuevo tiempo de santidad que Yo aguardo y rezo para que venga ansiosamente. Y entonces, finalmente el propósito de Mis manifestaciones en Aparecida, aquí y en todos los otros lugares se cumplirá: llevar a todos Mis hijos al pleno conocimiento de la verdad y del amor, que es Dios. Y entonces, todos finalmente serán liberados del pecado y salvos por la verdad y por el amor que es Dios. La verdadera libertad es amar a Dios y vivir sólo en Dios.

A todos Yo bendigo con amor y especialmente a ti Mi amadísimo Marcos que, a lo largo de toda su vida, siempre Me honró y siempre divulgó todas Mis manifestaciones, inclusive la de Aparecida, explicando a Mis hijos el verdadero significado, el sentido de Mis milagros y maravillas allí operados. Para que todos entonces finalmente puedan comprender el mensaje silencioso que Yo vine a traer en aquel lugar a través de Mis obras y milagros.

Y así, todos los corazones correspondan siempre más a Mi materno designio de amor y al designio del Padre Celeste que escogió este valle del Paraíba, que escogió esta bendita tierra de Aparecida y de Jacareí para ser el trono de Mis Gracias y el local donde finalmente Mi Corazón Inmaculado triunfará en el corazón de Mis hijos y prepararé a todos para la vuelta de Mi Hijo Jesús.

Por eso volví aquí en Jacareí, para terminar los planes comenzados hace 300 años atrás y dar a Mi Señor una nueva humanidad compuesta de hijos abrasados de amor por Él, llamas verdaderas de amor, llenas del amor filial, que darán a Él la perfecta adoración y el perfecto amor de todos los hijos.

A ti amadísimo hijo Marcos, Mi gran caballero, Mi llama incesante de amor y también a ti Mi amadísimo Carlos Tadeo, que tanto Me ama y que tanto trabaja y lucha por Mí. A ti que una vez más hizo más un cenáculo, rezó más un Rosario delante de Mi imagen entronizada en la plaza de Ibitira. A ti que no has medido esfuerzos para tornarme siempre más conocida y amada, digno padre de un digno hijo dado a Mí. A ti hijo querido, caballero de Mi Corazón y Mi esperanza, Mi consuelo y Mi alegría, Mamá también te bendice y te abraza ahora.

Y también bendigo a todos Mis hijos amados: de LOURDES… de APARECIDA… y de JACAREÍ.”

 
(1) NUESTRA SEÑORA DE LA APARECIDA

La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.
Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.
Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.
Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.
La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.
El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.

fuente: https://www.ewtn.com/spanish/Maria/aparecida.htm

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