Hijos de Dios, se diría que nunca habéis oído hablar
del pecado de omisión porque sois muchísimos los que lo tenéis. Yo, Jesús, os
hablo.
Vivís como la cigarra pendientes nada más que de los
fines de semana para divertiros, pendientes de las vacaciones pensando donde las
pasareis este año, de los días festivos para disfrutarlos, pero que poco
pensáis en la situación mundial del mundo a todos los niveles, en las guerras
que hay en otras naciones, en las leyes perversas que están imponiendo en todo
el mundo, y la perversión que están tratando de hacer con los niños y en los
que hay ya colectivos donde lo están consiguiendo. Y vosotros, padres, estáis
tan tranquilos, sin preocuparos en absoluto de vuestros hijos, ni del mal tan avanzado
que está por todas las partes y que algún día os tocará padecer y lo lamentareis.
Yo, Jesús, os hablo.
¿No dice un refrán que más vale prevenir que curar? Pues
entonces ponedlo en práctica, asesorad a vuestros hijos, formadles bien y sobre
todo enseñadles el santo temor de Dios, que si bien Soy Amor también Soy
Justicia y Me cobro los desórdenes que voluntariamente hagáis, porque tenéis
que colaborar Conmigo, no dejando a vuestros hijos a su aire, que muchos de
vosotros os condenareis por este motivo, si no posponéis vuestra actitud. Yo, Jesús,
os hablo.
Ved como Mi Santa Madre y su esposo San José, Mis
padres terrenales, Me apartaron del peligro inminente que se cernía sobre Mí
cuando Herodes dio la orden de matar a todos los menores de dos años y,
vosotros no prevenís el mal que puede alcanzar a vuestros hijos y degradarlos hasta el estado
de demonios, porque aquel que obedece al demonio a él se parece y en otro demonio
se convierte, porque así lo desea ese perverso ser que es Satanás.
Le dais a los hijos de todo menos formación y eso no
es amarlos. Todos los juguetes que desean y todas las cosas que desean de
tecnología la tienen, pero no le dais el discernimiento del bien y del mal, lo
que no deben hacer y lo que sí pueden y deben hacer. No les enseñáis el culto a
Mí, Dios y Señor y vuestro Redentor, pero hijos ¿no os dais cuenta que el tiempo
pasa y que no os enmendáis? Empezad por pedirme ayuda a Mí, un día y otro y otro y veréis como os
ayudo, pero sed perseverantes en rogadme por vuestros hijos y familia porque Yo
no dejo de escuchar a ninguna persona que con fe, amor y HUMILDAD Me pide
ayuda. Yo, Jesús, os hablo.
Nadie que ponga su confianza en Mí sale nunca defraudado,
pero tenéis que perseverar y colaborar Conmigo informando de todo lo malo a
vuestros hijos y, Mi gracia una vez preparada la tierra les hará efecto. Yo, Jesús,
os hablo y os lo pido. Paz a todos los que lean este mensaje y lo pongan en práctica.
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